En televisión, ¿todo vale?
Este viernes asistimos en directo a las declaraciones de la mujer de Santiago del Valle en las que inculpaba a su esposo del asesinato de la niña Mari Luz en el programa de Ana Rosa, de Telecinco. A todas luces parecía una de las exclusivas más importantes de los últimos tiempos, el programa había conseguido lo que los jueces llevaban tiempo intentando. El pasado 16 de febrero Isabel declaraba en el juicio, insistiendo en la inocencia de su marido (que estaba detrás de ella en la sala) e inculpando de todo a su cuñada. Y el pasado viernes entraba en directo en el programa diciendo: "mi marido se la cargó".
Pero, ¿fueron lícitas las formas para conseguir la exclusiva?, según ha publicado el diario El Mundo, no.
Hoy en día en periodismo, ¿vale todo para ser los primeros?, es probable que si la noticia hubiese surgido de manera natural, todo esto no hubiera ocurrido. El diario El Mundo mantiene que la productora Cuarzo (que pertenece a Ana Rosa Quintana y produce su programa) había traido a esta mujer a Madrid y había sido su sombra los últimos días, para evitar que hiciese estas declaraciones en otra cadena.
Pero a mi todo esto me pareció bastante surrealista, el plató del programa se convirtió en un juzgado y los colaboradores en jueces y policías. Nacho Abad, policía de vocación, gritaba a Isabel: «¡Mentirosa! ¡Su marido la va a abandonar porque a él le gustan las niñas jóvenes! ¡La va abandonar! ¡Cuente la verdad, que a lo mejor se librará de la cárcel! ¡Su familia no la quiere! ¡Por incubrir a su marido, le pueden caer tres años de cárcel!...
Sin palabras...
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