Los conflictos en el mundo árabe se contagian cual virus. Después de las revueltas de Egipto y Túnez ahora es el turno de Irán. El pueblo iraní salió a las calles, pese a la prohibición del gobierno, para manifestarse contra el régimen de Ahmadineyad, que fue elegido presidente de la república islámica de Irán en el año 2005.
Durante la protesta la policía cargó duramente contra los manifestantes utilizando gases lacrimógenos y balas de fogeo. La dura represión policial se saldó con un muerto en la plaza Azadí, al suroeste de Teherán, además de decenas de detenidos. Entre ellos se encontraba el cónsul de España en Irán, Ignacio Pérez Cambra, que fue retenido más de cuatro horas.
El hecho de que se detuviera a un miembro del cuerpo diplomático quiebra lo establecido por la Convención de Viena sobre inmunidad diplomática que, según el Artículo 29, no puede ser objeto de ninguna detención o arresto. En relación a esto la Ministra de Exteriores, Trinidad Jimenez, ha tachado el caso como "inaceptable" y ha solicitado explicaciones sobre este incidente.
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